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El Tribunal Supremo impide a Trump negar el derecho de asilo a los inmigrantes irregulares

El presidente de EE UU fracasa en su intento de rechazar sistemáticamente por ley todas las solicitudes de asilo de los que crucen irregularmente la frontera.

Un nuevo ataque a la inmigración, una nueva derrota judicial. El Tribunal Supremo de Estados Unidos paró este viernes el intento del presidente Donald Trump de negar el derecho de asilo a todos los inmigrantes que crucen la frontera de manera irregular. Con esta medida, Trump pretendía desincentivar el cruce fuera de los puertos de entrada y la inmigración en general, cerrando por completo la puerta al asilo en el país. La decisión del Supremo mostró un tribunal muy dividido en el que el presidente, el magistrado conservador John Roberts, se alineó contra la Casa Blanca.

La medida fue anunciada por Trump por medio de una proclamación presidencial que básicamente cambiaba las leyes de asilo de Estados Unidos con una simple firma del presidente. Para la Casa Blanca, nadie que entre en el país por un punto que no sea un puesto fronterizo oficial tiene derecho a pedir asilo en el país. Cada año, decenas de miles de personas cruzan de manera irregular la frontera sur, se entregan a la policía de fronteras y piden asilo en Estados Unidos. Cualquier persona que esté en territorio de Estados Unidos puede pedir asilo político si teme por su vida en su país de origen, da igual cómo haya llegado.

Un juez de San Francisco, Jon Tigar, aceptó una denuncia de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) y suspendió cautelarmente la aplicación de la medida en todo el país el pasado 19 de noviembre, por entender que la orden del presidente chocaba con la ley federal. El tribunal de apelaciones que tiene jurisdicción sobre el Oeste, con sede también en San Francisco, dio la razón al juez. El juez Jay Bybee, nombrado por el presidente George W. Bush, escribió: “Igual que nosotros no podemos legislar desde el estrado, como se nos recuerda a menudo, tampoco puede el Ejecutivo legislar desde el Despacho Oval”.

Esa decisión fue recurrida por el Gobierno de Trump ante el Tribunal Supremo, y ese recurso es el que ha sido rechazado este viernes, en una nueva derrota judicial de las iniciativas antiinmigrantes del presidente.

El rechazo del Supremo deja además algunas pinceladas de la dinámica dentro de un tribunal en el que Donald Trump ya ha nombrado a dos magistrados y que se considera escorado irremediablemente hacia la derecha por el perfil ideológico de sus miembros. En la decisión por 5 votos a 4, el voto clave fue el del presidente del Supremo, el magistrado conservador John Roberts, que se alineó con el bloque de magistrados nombrados por presidentes demócratas y por tanto considerado progresista.

El Tribunal no publicó una argumentación de fondo de su decisión. Los otros cuatro magistrados conservadores, Samuel Alito, Clarence Thomas, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh (estos dos últimos nombrados por Trump), firmaron un voto de disconformidad.

Cuando el tribunal de apelaciones de San Francisco, llamado Corte de Apelaciones del Noveno Distrito, rechazó el recurso de Trump, el presidente montó en cólera y lanzó un ataque inaudito contra ese tribunal. Sin nombrarlo, llamó al juez Tigar “un juez de Obama” y se quejó de que su Gobierno pierde sistemáticamente todos los casos en esa corte. El Noveno Circuito es una jurisdicción que incluye California y Hawái, cuyos fiscales generales denuncian en los tribunales sistemáticamente cualquier iniciativa de Trump en inmigración.

Los comentarios de Trump provocaron una reacción sin precedentes del presidente del Supremo. El magistrado Roberts escribió una carta pública en la que decía que “no hay jueces de Obama, ni jueces de Trump, ni jueces de Bush o de Clinton”. “La independencia judicial es algo por lo que deberíamos dar gracias todos”, dijo Roberts, en un rapapolvo público al presidente. Trump se reafirmó en sus críticas en un tuit. Este viernes, Roberts emitió el voto clave en el último capítulo de ese mismo caso.

Fuente: El País