El conflicto de Sudán del Sur

El conflicto en Sudán del Sur ha provocado un gran sufrimiento.  Según observadores internacionales, unas 400.000 personas han fallecido en los últimos seis años. Actualmente 4.100.000 personas siguen estando desplazadas – dos millones de ellas dentro del país – tras haber huido de sus hogares a la búsqueda de seguridad.

Ahora Sudán del Sur está mostrando señales de recuperación.

La firma del Acuerdo Revitalizado para la Resolución de Conflictos en Sudán del Sur en septiembre de 2018 ha aumentado la seguridad y la estabilidad del país, brindando nuevas oportunidades para que las poblaciones desplazadas puedan volver a sus hogares. Durante los últimos 11 meses tras la firma del acuerdo, cerca de 530.000 personas han podido regresar de acuerdo con el último informe de Seguimiento de Movilidad de la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento de la OIM.   

No obstante, millones de personas deben aún lidiar con la permanente inseguridad en materia alimentaria, los conflictos y los crímenes violentos en el país – todos los cuales originan crisis – y que ahora se han convertido en obstáculos para la recuperación que deben ser prontamente abordados a fin de desarrollar resiliencia, paz y estabilidad.

La OIM en Sudán del Sur lanzó recientemente un mapa de ruta destinado a brindar apoyo a las comunidades afectadas por el conflicto mientras las mismas hacen la transición desde el estado de crisis hacia el de desarrollo, en particular las poblaciones desplazadas que  se están preparando para regresar a sus hogares.

La Estrategia para el Retorno, la Recuperación y la Resiliencia ha sido diseñada para promover los retornos y la recuperación sostenibles.

“Poniendo a los actores locales a la vanguardia del proceso de retorno y recuperación, los apoyaremos en cuanto a poder impulsar un cambio transformador de forma inclusiva,” sostuvo el Jefe de Misión de la OIM Sudán del Sur Jean-Philippe Chauzy. “Involucraremos a las comunidades por medio de sus capacidades más que por medio de sus necesidades, considerándolas como agentes impulsores activos para la recuperación en lugar de considerarlas como receptoras pasivas de asistencia”.

Desde 2011, la OIM ha estado implementando proyectos de recuperación y resiliencia similares en Sudán del Sur. Debido al rol que le compete en calidad de  organismo mundial  para la migración, la OIM parte de la base de su experiencia de décadas en todo el mundo, dando respuesta a los desafíos en situaciones en las que aparecen los conflictos y la migración forzada, contando también con una larga historia en cuanto a adaptar su respuesta humanitaria a las necesidades de las poblaciones afectadas.

 

 

 

Además, la OIM está comprometida con el trabajo con los socios a fin de defender la dignidad y el bienestar de los retornados. El mejoramiento del acceso y la provisión de servicios son vitales para el retorno sostenible de las comunidades. Eso permite el desarrollo de la confianza en las líneas de conflicto y ayuda a que los retornados puedan retomar sus actividades económicas y recibir protección.

“Esta estrategia servirá como plan de acción para cada uno de los lugares a los cuales se pretende llegar en Sudán del Sur, en especial donde podamos apuntalar nuestra actual presencia operativa, las relaciones existentes con la comunidad y con los socios y el conocimiento contextual”, agregó Chauzy.